¿Por qué la gente se dedica a catar vinos? ¿Es por espectáculo, por elitismo o realmente tiene un propósito? Degustar es simplemente eso: discernir sabores con nuestra lengua, que puede identificar sabores dulces, salados, ácidos y amargos.
Para ser considerado un experto en vinos es necesario:
- Abordar el vino como una investigación, no como un mero consumo. Esto implica examinar críticamente el color del vino en la copa para evaluar la variedad y la calidad de la uva.
- Huele el vino antes de probarlo, identificando aromas complejos más allá de un "buque agradable", como notas frutales específicas o miel.
- Cata el vino con atención, observando su textura y si los aromas coinciden con los sabores detectados por la nariz.
Los entusiastas del vino comprenden la distinción más allá de los vinos "blancos" y "tintos", y reconocen que vinos como Pinotage, Shiraz y Chardonnay tienen cada uno perfiles únicos. También prestan atención a la temperatura de servicio, lo que realza el sabor y el aroma del vino. Por ejemplo, los vinos blancos y dulces se sirven fríos para equilibrar la acidez, mientras que los vinos tintos se sirven más calientes para resaltar sus compuestos aromáticos.
Los expertos pueden identificar un vino "taponado", que tiene un sabor a humedad y poco atractivo, y saben cómo combinar el vino con la comida para mejorar tanto la comida como la experiencia del vino. Siguen principios básicos, como maridar platos salados con vinos muy ácidos o alimentos grasos con vinos con un alto contenido de ácido o taninos.
En definitiva, se fomenta la exploración del vino, con la voluntad de probar nuevos maridajes y variedades, abrazando la aventura y el descubrimiento en el vasto mundo del vino. Se desaconseja la monogamia en la cata de vinos; la curiosidad y la experimentación se consideran virtudes.